.- Ponte esa falda de cuero sin bragas, te espero en la habitación.
Esta fue la premisa. El olor a castañas asadas impregnaba todo la hacienda, paseé por entre los olmos y las secuoyas traídas de California, el gris del cielo, el sonido del Tormes y las garzas caminando por su orilla hacían del lugar una postal bucólica.
La cata de vinos estaba lista y fui hacia la bodega, el olor a roble francés impregnaba toda la estancia, a medida que me iba acercando a la mesa pude observar las copas en fila, primero los caldos blancos luego los tintos, creo que este sería el orden.
El sumiller un joven de unos 30 años nos sirvió los vinos, primero un rueda, luego un crianza, un reserva y un ron. Todos en fila.
Empezamos con la cata, color, olor, sabor…Mi compañero se acercó a mi oído y me preguntó
.- llevas bragas?
Le miré con una sonrisa pícara y le sonreí, esa sonrisa me delató. Continuamos con la cata y llegó el momento de probar. El sumiller nos explicó que para sentir todos los sabores, gustos…etc, había que dar un sorbito pequeño y luego aspirar hacia dentro como si fueras un canario. En el intento de aspirar se me cayeron unas gotas de vino en el pecho, el sumiller se acercó a limpiarme y comprobó mis pezones erectos, hacía mucho frio en la bodega.
.- Tiene frio, señora? Póngase esta manta por encima.
Me sonrojé un poco, mi compañero se acercó a mi oído y me dijo,
.- Me he puesto palote cuando el sumiller te ha mirado las tetas. Estás muy bonita con esos pezones tiesos.
Terminada la cata cogimos el ascensor para subir a la habitación, saqué la bragas del bolsillo y se las puse a mi compañero en la cara a modo de mascara, a través del encaje le comí la boca. Ya en la habitación la cosa se nos empezaba a poner tensa.
.- Vamos, no te enredes, le dije. Que tenemos que ir al jacuzzi.
El jacuzzi era un viejo molino suspendido sobre el rio. Uno interior y otro exterior con unas vistas espectaculares. El exterior estaba aposentado sobre la muela del molino, lo que hacía como una especie de terraza/bañera con un balconcito, de pie quedaba como medio cuerpo fuera y sentado se podía disfrutar de las burbujas. Nos avisaron que teníamos que ir con bañador al jacuzzi, ya dentro del interior me despojé del albornoz y estaba completamente desnuda.
.- Cómo eres! Si dijeron que trajéramos el bañador.
Salimos al exterior, me apoye sobre la barandilla de la molienda y empiné mi trasero, mi amigo sentado recibió mi culo en su jeta.
Realidad o ficción…